CAMAGÜEY.- Completando la ruta a pesar de las cinco carreras y la decena de hits que permitió; fue así como el derecho Yosvani Torres pudo al fin alcanzar su victoria número cien en Series Nacionales. Por desgracia para los seguidores del béisbol en estos lares, lo hizo a costa del equipo de Camagüey.

La sonrisa pinareña de este martes –11-5, segunda de la subserie particular entre ambas selecciones-- llegó luego de una interminable jornada, mediada por las lluvias, que estuvo a punto de correr la misma suerte que la del lunes. Al final, la persistencia consiguió poner números definitivos al choque, aunque queda por ver si se escenificará el juego pendiente.

Cualquiera sea el caso, la “excursión a Vueltabajo” puso en evidencia lo que se anticipaba desde esta misma página hace algunos días: con todos y sus cambios de róster, los pativerdes son una formación temible (a juicio de este comentarista una de las seguras aspirantes al título la temporada). Por eso, por la ausencia de nuestros dos principales serpentineros, y porque el año pasado ya nos habían pasado la escoba, resultaba más que aceptable un desenlace en el que nos marcháramos con tan siquiera un triunfo.

La lluvia, con su insistente presencia, tal vez nos haya ahorrado el disgusto de ver repetida la historia de hace un año.

Con independencia de lo que se decida en cuanto a la subserie, cualquiera puede poner sus argumentos en fila y pasar revista al desempeño de los agramontinos.

Primero se impone hablar del pitcheo. En la tarde inaugural Yosimar Cousin estuvo bien (solo toleró tres carreras y cuatro hits en siete innings completos), Ramón Robles, en función de cerrador, le siguió el paso al concluir el octavo. Dos días después tocó ver el reverso de la moneda. Arbelio Quiroz “hizo aguas” cuando la pizarra marcaba el segundo out del capítulo de apertura, y ni Carlos Pérez ni Alexis Mulató pudieron brindar el respaldo necesario para que el juego no se fuera de un solo lado. Al margen, la defensa se comportó bien, con una única pifia de Yendry Téllez; Leonel Segura se estrenó defendiendo el jardín izquierdo.

Al bate, las cosas siguieron el mismo guión: los tres sencillos de la primera fecha no permitieron evitar la lechada con tres de ventaja para los occidentales; al día siguiente se conectó mejor, pero Torres pudo echar mano a su constancia y al respaldo de una ofensiva oportuna, que con dos hits más que los camagüeyanos supo completar el doble de vueltas al diamante.

¿Qué falló madero en ristre?, la oportunidad de la tanda “gruesa”. El asunto comienza por Pedro Smith, el cuarto bate de primera elección para el mánager Orlando González. Sus números son para preocuparse pero no sorprenden; se fue de 7-0 entre ambos compromisos, condicionado por el peso adicional que implica salir al cajón en el cuarto turno. Tampoco Héctor Hernández (tercero, de 6-1) y Jorge Cardosa (quinto, de 6-3, una anotada) han podido cumplir sus funciones de “remolcadores”. En cuanto a reconocimientos, los mayores aplausos son para Segura (de 8-1 pero con un cuadrangular y cuatro impulsadas) y Yosbel Pérez (7-3, con un traído hasta la goma).

Por lo visto en el “Capitán San Luis”, en la ofensiva de mayor calibre estará la piedra de toque del esquema de juego de los tricolores. Si consiguen distribuir sus responsabilidades, tendrán oportunidades para apuntar al segmento de los seis grandes; si no lo hacen, todo habrá terminado en los primeros 45 juegos.