CAMAGÜEY.- Para los espectadores son solo unos minutos “en vivo” y otros tantos cuando se transmite a través de la televisión. Luego vienen los juicios, las conclusiones. Para Yenen Martínez Castillo y Osvaldo Delgado González, sin embargo, en esa cita que una vez al año los convoca, va toda la dedicación del mundo.

Lo dicen desde la autoridad que les otorga tantos días de ensayo, siempre en busca de la mejor coreografía y la innovación. “No puedes repetirte ni tampoco improvisar a tontas y a locas”, dice Yenen, “aunque algunos no le reconocen a Cubaila la importancia que tiene, esta es una disciplina tan competitiva como cualquier otra, y quizás hasta más difícil, porque incluye a personas de todas las edades”.

Cinco años después de su primera edición, Cubaila sigue siendo un evento poco conocido. En especial por lo efímero de sus presentaciones. Para los neófitos la explicación más apropiada puede ser la que lo define como un proyecto deportivo y recreativo, organizado de forma conjunta por el Inder y el Instituto Cubano de Radio y Televisión.

Un acercamiento más detallado revela cómo se conforma a partir de una tabla gimnástica masiva (en Camagüey sus ediciones han superado siempre el medio millar de participantes), que se filma y luego es proyectada a través del canal Telerebelde. Allí compiten las composiciones presentadas por todas las provincias y el Municipio Especial, con el objetivo de alcanzar premios en algunas de las cinco especialidades en lidia.

Durante los últimos años Camagüey ha conseguido agenciarse varios de ellos, entre los que cabe resaltar los dos últimos otorgados a la originalidad, observa con satisfacción Osvaldo. Junto a Yenén es el máximo responsable de que así haya sido.

“Es un trabajo de muchos meses, que comenzamos desde septiembre, con la conformación de la coreografía y la selección de la música. Más tarde vienen el intercambio con las escuelas, las promotoras del programa Educa a tu Hijo y los círculos de abuelos . Es una labor en la que resultan fundamentales los miembros de la 'célula básica', quienes asimilan la coreografía directamente de nosotros y más tarde se la enseñan a cada uno de los grupos implicados”.

En un contexto que tiene a Santiago de Cuba, Granma y La Habana como rivales siempre temibles, Camagüey ha sabido hacerse un nombre, aseguran a una voz. Los tres equipos de música ganados a “golpe” de reconocimientos (los mismos que les permiten desarrollar su labor en la Polivalente y el gimnasio de la Avenida de los Mártires) y el otorgamiento de la sede de la gala nacional, en el 2019, son muestras evidentes.

Sin embargo, sienten que pudiera hacerse mucho más. Sobre todo, si tuvieran algún respaldo en cuanto al transporte (hoy inexistente) o la posibilidad de organizar un festival de provincia. “No son cosas ni imposibles ni tan costosas, que tendrían un beneficio tremendo en nuestros resultados y en la calidad de vida de muchas personas”, piensa Yenen.

Luego de su “actuación” este jueves en la Plaza de san Juan de Dios, el Cubaila camagüeyano iniciará su segundo “capítulo”, el cual terminará en agosto próximo cuando llegue a los televisores de toda la Isla. Por entonces todos los que lo convirtieron en realidad volverán a vivir las emociones de haber compartido unos minutos al son del deporte y la música. Ya ahí está su mayor victoria.