El ejercicio físico representa un pilar fundamental en el tratamiento de la diabetes mellitus, incluso en su prevención, y de acuerdo con estudios médicos  se observó que en pacientes con esa dolencia se logra una sensación de bienestar, lo cual está relacionado con un mejor control de la glucemia.

Especialistas coinciden en indicarlo para mejorar el control de la glucosa sanguínea, reducir los factores de riesgo cardiovascular, contribuir a la pérdida de peso, aumentar la sensibilidad a la insulina y proporcionar un efecto de satisfacción general.

Además, el ejercicio regular puede impedir la aparición de la diabetes mellitus tipo 2 en personas con riesgo de padecerla.

Hay que partir de conocer que esta enfermedad constituye un trastorno en el metabolismo de los azúcares debido a una alteración en la hormona de la insulina, la cual está encargada de transformar los azúcares en energía y evitar que permanezcan en la sangre.

 Debe tomarse en cuenta previo al desarrollo de cualquier entrenamiento el chequeo  del nivel de glucosa.
 Se recomienda andar, montar bicicleta, correr, remar, patinar y nadar, los cuales permiten que el nivel de glucosa disminuya, además de mejorar la sensibilidad de la insulina y de la necesidad de medicación.

También se sugieren los ejercicios aerobios para las personas con diabetes mellitus, pues ayuda a incrementar la sensibilidad a la insulina y el consumo de glucosa muscular y hepática, e influye favorablemente sobre el control metabólico.

No son aconsejables actividades anaeróbicas o explosivas (levantar pesas) y de contacto (artes marciales o boxeo), porque las primeras provocan que los niveles de glucosa se eleven, hecho perjudicial para el diabético a quien  le resulta complicado regular este factor por sí solo, en tanto las segundas tienen un elevado riesgo de lesión y traumatismo.

La indicación del tipo de ejercicio, la intensidad y la duración deben ser personalizados, con el propósito de evitar cualquier contratiempo.

A la vez que favorece la salud, la ejercitación activa si se le confiere un enfoque recreativo, resultará más atractiva y aumentará la adhesión a esa actividad.

Igual será conveniente consultar al médico si el paciente sufre alguna de las complicaciones que pueden aparecer junto con la diabetes, como la retinopatía diabética (alteración de la visión) que afecta al 25% de los diabéticos según la Organización Mundial de la Salud (OMS), por lo cual no es aconsejable realizar actividades que puedan aumentar la tensión arterial de la zona de tronco o brazos, es decir, de cintura hacia arriba o bien impactos como los que pueden aparecer al saltar de manera repetida.

Importante resulta llevar encima agua para poder hidratarse en las tres etapas: antes, durante y después y así evitar que aparezca una deshidratación.

También poseer la vestimenta y las zapatillas adecuadas e impedir que en los pies la humedad se quede retenida, pues  la piel del diabético requiere de especial cuidado.

En cuanto a las zapatillas deberá  vigilarse que no provoquen heridas que conlleven a complicaciones como la dificultad de cicatrización.