Luego de concluir su trabajo como profesora en el politécnico de Economía Cándido González, atraviesa la ciudad de Camagüey para llegar hasta la sala polivalente Rafael Fortún y practicar aerobios acompañada por la música y un nutrido grupo de conocidas. Después, toma nuevamente el camino hasta el reparto Puerto Príncipe, donde vive.

Desde hace más de dos años ha tenido la misma rutina, convocada “no solo por los beneficios físicos, sino la necesidad de enfrentar el estrés. Por muy cargado que sea el día o lo mal que una pueda sentirse desde el punto de vista físico, estos ejercicios pueden ayudarla”.

Más de un centenar de mujeres dan fe de la validez sus palabras. Entre lunes y viernes, en varios turnos de clase, se encuentran en uno de los locales del Palacio de los Deportes, para practicar esa modalidad de ejercitación, una de las más populares y efectivas en la lucha contra el sedentarismo y su larga secuela de consecuencias negativas.

Allí lo mismo pueden encontrarse jóvenes que recién terminan la adolescencia, muchas que atraviesan la treintena y hasta “veteranas” a las que cuesta calcularles la edad con exactitud.

Casi todas lo atribuyen a las bondades del aerobio y a los consejos que reciben en el lugar. “No se trata de venir a dar brincos porque sí”, aclara Edna González Luna, otra de las habituales. “Lo primero que nos explican los profesores es que cada persona posee capacidades diferentes, necesidades diferentes. Por eso, en la primera sesión nos hacen pruebas de eficiencia física para poder ajustarle las cargas a cada una por separado. Nos diferencian lo que hacemos y van chequeando cómo lo cumplimos”.

“En verdad cambia la vida”, agrega por su parte Bárbara. “Desde que vengo, hasta he aprendido a vigilar mi dieta. Una vez al mes tenemos una charla educativa acerca de esos temas y cada una trae una fruta para compartirla y hablar de sus ventajas. La forma en la que vivimos decide nuestro futuro y la salud con la que lo enfrentaremos”.

SUDAR POR SALUD... Y DIVERSIÓN

Seis turnos de clase se eslabonan en el horario del gimnasio agramontino, donde además funciona una clínica contra la obesidad y son atendidos programas como el Cubaila. Precisamente ese evento masivo de alcance nacional en el 2015 tuvo a la provincia como una de sus principales animadoras y le reportó al centro el moderno equipo de música que emplean en sus actividades.

“Y este año solo nos conformamos con el primer lugar”, señala Yenén Martínez Castillo, la profesora que por más tiempo ha laborado en el lugar --desde 2004, cuando concluyó su servicio social en Vertientes--. Entre dos turnos y como de un tirón desglosa las razones que la convocan junto a otros cuatro entrenadores, para acoger a “cuantos quieran mejorar en salud y pasar un buen rato con amigos”.

“No hace falta haber practicado deportes con anterioridad, tampoco tener una buena condición física. Lo importante es la disposición para sumarse, pues las 'cargas' se van escalonando de forma que la persona pueda asumirlas. Otro aspecto importante es que no trabajamos todos los días, lo cual facilita el proceso de recuperación, sobre todo para aquellas que comienzan”.

Como Yenén, también Osvaldo, Kirenia, Yaibelín y Nivardo se encargan de conducir a un número creciente de practicantes. La inmensa mayoría son mujeres que llegan tras haberse ejercitado en gimnasios particulares, donde por lo regular existen muy buenas condiciones en cuanto a equipamiento e instalaciones. “Pero aquí se puede encontrar una opción que también resulta muy atractiva”, considera Arianne Ulpiano Velazco. “No se trata solo del precio (diez pesos al mes) sino de que una siente que 'trabaja', que al final de la clase ha logrado conseguir eso por lo que vino. La música es el pretexto pero una es la que gana”.

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