Ella tenía referencias del deporte a través de unos amiguitos que le comentaron sobre los entrenamientos. Un buen día le preguntó a Julio Jiménez Hechavarría, uno de los profesores, si podía participar en las prácticas y ante el asentimiento, en la jornada siguiente ya estaba activa en el gimnasio.

Junto a Juliana una treintena de niños y niñas se dedican en el municipio camagüeyano de Sibanicú a la práctica del taekwondo, un arte marcial que en este territorio tiene quizás tanta tradición como el béisbol.

Leonardo Fernández Quiroz, otro de los entrenadores, es protagonista de la historia de esa disciplina de combate en el municipio y cada día transmite conocimientos a sus atletas.

“Siempre me preparo para que los niños tengan también un buen nivel. Indago sobre lo último que sale del deporte a través de la prensa y la red de redes. También me mantengo activo para demostrar a los pequeños la técnica. Es muy importante para ellos evidenciar a través de la práctica cómo se realiza cada movimiento”, comenta Leoni, como lo conocen todos.

CAMPEONES Y VAN POR MÁS

Los equipos de taekwondo de Sibanicú en las categorías 9-10 y 11-12 años ostentan los títulos de campeones provinciales por dos años consecutivos. Después de un tiempo sin resultados relevantes “en 2010 retomamos los combates y hemos ascendido paulatinamente hasta ubicarnos en la posición que actualmente tenemos”, enfatiza Leonardo.

Dice el profe Julio que son muy rigurosos en los entrenamientos y me consta que así es, porque la manzana donde se ubica el gimnasio conoce cada una de las pisadas de los niños, que todas las tardes la circundan corriendo. También se prioriza la flexibilidad “en la que somos referencia nacional, esta habilidad es muy difícil de adquirir y muy fácil de perder”.

Una práctica estricta con patadas, abdominales, carreras y mucha flexibilidad posibilitaron que en la última competencia provincial diez atletas resultaran finalistas y obtuvieran nueve medallas de oro y plata, y una de bronce. Estos logros ubicaron a Juliana, Edisnel López y Pedro Carlos Llanes en el equipo que representó a la provincia en el más reciente certamen zonal nacional.

Todos los años Sibanicú se convierte en cantera para el ingreso de atletas a la Escuela de Iniciación Deportiva Cerro Pelado. Por ejemplo, en el venidero septiembre Juliana alistará su equipaje para partir hacia ese centro, demostrar todo lo que aquí aprendió, elevar su nivel y convertirse en el orgullo de su familia, principalmente de la abuela que vela por su cuidado.

NO HAY GLORIA SIN SACRIFICIOS

Es verídico que todas las reglas tienen excepciones y este axioma también es válido para el taekwondo en predios del centroriente camagüeyano. Y es que si bien la cantera de atletas casi se forma a partir de los siete años de edad, en ocasiones algunos niños comienzan a practicar este arte marcial desde los cinco.

Tal es el caso de Ronaldo y Diago, los más pequeños de la tropa, que aunque tienen nombres de futbolistas prefieren el taekwondo. Sus cortas edades no les impiden defenderse, siempre aplicando las técnicas que aprenden de sus profesores y los consejos de la familia, que en muchas ocasiones también forma parte de los entrenamientos.

Luego de la escuela, mientras otros niños juegan o ven televisión, los pequeños taekwondocas combinan la práctica deportiva con las actividades docentes, de las que siempre están al tanto Julio y Leoni.

Ellos no solo les enseñan esquives o patadas, también les inculcan el respeto, la ética y la profesionalidad. Los resultados del equipo son fruto del sacrificio de estos atletas y sus entrenadores, quienes llevan a sus pupilos hasta sus casas cuando el horario se encarga de ocultar el sol más temprano. La exigencia y el amor hacia el taekwondo son las claves para que, en Sibanicú, este deporte de combate continúe su fructífera cosecha.

{flike} {plusone} {ttweet}