CAMAGÜEY.- Parecía que el mundo eran solo los 12 metros cuadrados del tatami, todos miraban y nadie se atrevía a dar un pronóstico en el combate final de los más de 80 kilogramos del Campeonato Nacional de Taekwondo. Robelis Despaigne (RD) tiene 30 años, un bronce olímpico y un oro panamericano; Rafael Alba (RA), cinco años menor, es campeón mundial y panamericano. Ambos han perdido la cuenta de las veces en que se han enfrentado. Los dos nacieron bajo el imponente sol de agosto en Santiago de Cuba, Robelis es una espada, Alba un látigo.

El reloj echó a andar y Rafael arremetió contra su oponente con combinaciones múltiples que incluyeron patadas con giro y Robelis eligió el combate de riposta con dobles golpes al plexo. El primero prefirió sumar poco a poco, mientras el segundo buscaba marcar a la cabeza para sacar ventaja. Después de seis minutos de espectaculares ataques, Despaigne acumuló siete puntos y Alba 18, que le sirvieron para retener la corona de Cuba. Al finalizar el combate, comenzó el intercambio con Adelante Digital.

RA: “Fue muy difícil porque es un contrario que lleva años al máximo nivel, un atleta de mucha estatura, ágil, fuerte y sobre todo con elevado dominio técnico”.

RD: “Estuvo muy bien a la defensa, esquivó y bloqueó patadas importantes. Mereció la victoria porque fue más efectivo”.

Todos los que siguen el taekwondo cubano lamentan la coincidencia de tan extraordinarios peleadores en esta división y momento.

RA: “Desgraciadamente el Ttaekwondo cuenta con solo cuatro categorías de peso a nivel Olímpico y Panamericano, y eso hace que entremos en la misma división por lo que tendremos que seguir enfrentándonos en competencias nacionales para definir quién representará a Cuba en estos eventos”.

RD: “Quizá si no coincidiéramos no tuviéramos el mismo desarrollo deportivo. Al menos yo no lamento que nuestras carreras hayan chocado”.

Cuando ambos se preparan para enfrentarse parecen decididos a todo. Muchos se preguntan hasta dónde llega la rivalidad.

RA: “Robelis me ha enseñado mucho, gracias a él he logrado mis mayores resultados. Cuando llegué al equipo nacional él era la primera figura y venía en ascenso, por lo que tuve que esforzarme mucho para enfrentarme a un atleta de tanto nivel, y eso fue beneficioso”.

RD: “La rivalidad deportiva nace desde el entrenamiento y lo más importante es que siempre nos ayudamos y nos respetamos mucho. Las ganas de triunfar no perjudican la relación personal, constituye nuestra principal motivación”.

Aunque ha sacado mejor renta de los últimos duelos, Alba nunca se confía porque sabe que su compañero es de los mejores del mundo. Ambos miran al futuro con optimismo.

RD: “Mi mayor reto es mi próxima pelea, pero también pienso en la clasificación a los Juegos Panamericanos de Lima 2019. Allí Cuba llevará el equipo completo para mejorar la actuación de los juegos de Toronto y yo quiero aportar”.

RA: “Solo falta un título en mi vitrina, el oro olímpico es mi gran sueño. Todos los días me levanto y trabajo para subir al podio en Tokio 2020”.