CAMAGÜEY.- El hockey sobre césped es una disciplina joven dentro del programa de los Juegos Centroamericanos y del Caribe, y desde su estreno en la edición de 1982 en La Habana ha tenido un claro dominador: Cuba. Entre chicas y chicos, nuestros seleccionados han sumado once títulos, Trinidad y Tobago les secunda con solo cuatro. En la rama masculina el registro es aún más favorable a los cubanos, quienes nunca han bajado de lo más alto del podio en estas lides y solo cuando la delegación nacional se ausentó en San Salvador 2002 y Mayagüez 2010, otro pudo ocuparlo.

El equipo varonil que iniciará hoy su actuación en Barranquilla 2018 tiene como una de sus estrellas al que es considerado por muchos el mejor hockista camagüeyano de todos los tiempos: Darián Valero Camejo. Este muchacho lleva 15 años en las filas del equipo de las cuatro letras y tiene en su palmarés el oro en Veracruz 2014 y varias actuaciones memorables en Juegos Panamericanos. Desde la bella ciudad colombiana a orillas del Atlántico, Internet mediante, Valero conversó con Adelante sobre su carrera y las particularidades de este reto.

“Yo quería ser pelotero como mi padre y tuve buenos resultados en el béisbol en edades tempranas. Como soy del Lenin también practiqué mucho fútbol y participé en competencias provinciales, pero en sexto grado cuando me inicié en el hockey gracias a mi tío y entrenador Leonardo Camejo, supe que ese sería mi trabajo.”

Darián solo obtuvo una medalla de bronce en sus cuatro participaciones en juegos escolares con el equipo Camagüey y estuvo a punto de darle otro rumbo a su vida.

“Los resultados no salían y yo veía cómo triunfaban mis compañeros de otros deportes donde yo podía hacer el grado. Fueron momentos de duda en que mis familiares más cercanos me enseñaron que la constancia es lo más importante en la vida. Por eso seguí. Entonces llegaron los éxitos en la categoría juvenil en la que conseguí dos bronces, dos platas y un oro”.

Desde 2002 fue captado para la preselección nacional, pero no fue hasta 2005 que pudo representar a la Mayor de la Antillas oficialmente. Cuenta que fueron tres años muy duros porque tenía calidad para estar en el primer equipo y nadie le explicaba por qué no lo elegían.

“Cuando me puse el uniforme rojo con las letras blancas sentí que había logrado el sueño, pero fue solo el comienzo. He tenido que trabajar muy duro y estar 15 años lejos de mi familia para representar a mi país. Muchos creen que esta es una carrera fácil y no se detienen a pensar en el sacrificio. Yo no he estado en casa para ayudar a mi abuela o ver crecer a mi hija; ese tiempo nunca se recupera. Por eso me molesta cuando no se nos reconoce en los medios de comunicación o donde nacimos. El hockey está en desventaja en la prensa, ahora mismo se habla de otros deportes colectivos y no de nosotros que nunca hemos fallado”.

Paradójicamente, entre sus recuerdos más preciados destaca una derrota.

“En los Juegos Panamericanos de Toronto 2015 varios atletas decidieron abandonar el equipo y tuvimos que enfrentar parte del torneo sin cambios. La situación fue tan difícil que en un momento quedamos solo siete atletas (en el hockey sobre césped juegan once), pero nos reunimos y decidimos salir al terreno en desventaja a poner el nombre de Cuba en alto. En el último partido contra Trinidad y Tobago, cuando el público supo lo que pasaba comenzó a aplaudir y a cantar el himno con nosotros, ese día lloré de impotencia, pero también de orgullo”.

Hace poco tiempo sus compañeros y el colectivo técnico del conjunto lo designaron como subcapitán, responsabilidad que, según él, no le pesará en Colombia.

“Por mi temperamento siempre he alentado a los otros jugadores. Me gusta jugar fuerte y ser enérgico dentro del campo. Como soy de los más experimentados, los muchachos siempre se fijan en mí. Los entrenadores me han encomendado la misión de guiar el centro de la defensa y organizar las salidas ofensivas. En Barranquilla solo tenemos una meta: el oro. Hemos completado un buen ciclo de preparación en México y República Dominicana. Estamos en buen estado físico y hemos perfeccionado nuestro team work. Los rivales más difíciles serán México y Trinidad y Tobago, pero los conocemos muy bien y ellos saben que será difícil llegar a nuestra portería. Apostaremos por el juego rápido, presionaremos desde el inicio y saldremos al contragolpe, en lo que resultamos muy efectivos. Las muchachas también tratarán de alcanzar el título, aunque tendrán un torneo más complicado por la calidad de sus contrarias y la juventud de la plantilla”.

Por decisión de los organizadores, los torneos de hockey sobre césped no serán incluidos en la parrilla de transmisiones televisivas.

“Aunque en Cuba no podrán vernos jugar, la gente tiene que saber que hay un grupo de atletas que aunque no tengamos las posibilidades de otras disciplinas de participar en eventos internacionales nosotros también luchamos por ganar siempre. No se preocupen, que lo daremos todo para que la medalla de oro del hockey suba al medallero cubano”.