Algo así está ocurriendo con las promocionadas por las facciones ultraconservadoras estadounidenses y la mafia anticubana, y autotituladas Damas de Blanco, uno de los grupúsculos provocadores con los que tratan de demostrar en el exterior la existencia de un clima de represión y de falta de derechos humanos  en Cuba y que producto de ello existe una oposición organizada.

Muerta su “fundadora” Laura Pallán y tomadas las riendas de las Damas por Berta Soler, como se diría en buen cubano, se ha formado el “despelote”, porque por Santiago de Cuba comenzaron las acusaciones a la “líder” de ser una aprovechada, que era antidemocrática y por lo tanto, formaron otro grupito que ahora se llama “Ciudadanos por la democracia”.


Como ocurre en estos casos, Berta reaccionó “adolorida” y convocó un referendo nacional y obtuvo la mayoría de votos para continuar en el cargo, pero lo que no esperaba es que en medio de tal situación se apareciera la hija de Laura Pollán, Laura M. Labrada, reclamando la herencia de su madre.

“Laurita” no solo desalojó a Berta y sus seguidoras de la sede, propiedad de su desaparecida mamá, sino que ha lanzado una convocatoria para crear otro grupito que usaría el nombre de su progenitora, alegando que en el actual no existe democracia, se maltrata y se incita a la violencia con sus miembros, estado de incomprensión entre ellas y en fin, todo parece indicar que de los emolumentos que se reciben del exterior, muy pocos se “salpican” y el dinero de los premios, no aparece por ningún lado.

Ante esta nueva “iniciativa”, Berta, que se encontraba en un foro en una universidad de la Florida, reaccionó prontamente, sobre todo ante las acusaciones de que en el minúsculo referendo hubo fraude, le disputó a las mujeres simpatizantes del exilio miamense su derecho a votar en este y reivindicó para sí todas las “glorias” de luchar contra el “castrismo”  desde dentro.

En su “plataforma” para el nuevo grupo, “sin ánimo de lucro”, y bajo un manto filantrópico, Laurita dice que “luchará” por lo niños necesitados, contra el maltrato a la mujer y los ancianos desvalidos, que apoya el diálogo entre Cuba y Estados Unidos, y lo que no podía faltar, el sello distintivo que le garantizará recibir el salario mercenario de las arcas norteñas: el repudio al estilo del régimen de los Castro.

Habrá que ver qué partículas sobreviven a esta tormenta de dentelladas para llevarse la mejor tajada, porque ya los promotores en el exterior de estos grupos “disidentes” se lamentan, con tal proceso de fragmentación, “haber perdido la sociedad civil el movimiento cívico más esperanzador de las últimas décadas, y el cual pensaban llevar a la VII Cumbre de las Américas, como parte de la sociedad cubana, para vociferar contra la Revolución.

Claro está que al crearlas, y lo corrobora lo que va quedando de ellas, no se tuvo en cuenta el viejo refrán: “árbol que nace torcido jamás su tronco endereza por que se hace naturaleza el vicio en que ha crecido”.


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