Aún así, allí mantienen, y en muy buen estado, un consultorio, el número 21, con su médica y enfermero de la familia, programa que cumple sus 30 años de implementado al que se dedica la jornada por el Día del Trabajador de la Salud en Cuba —que comenzó el 8 de noviembre y termina hoy 3 de diciembre— esta última fecha escogida Día de la Medicina Latinoamericana por el nacimiento del eminente científico e investigador Carlos J. Finlay, nacido en la otrora Villa de Santa María del Puerto del Príncipe, hace 181 años.

Hasta Algarrobo llegamos y allí encontramos a la doctora Sahily Socarrás Ferrán, de 23 años, proveniente de Florida, y al licenciado en Enfermería, Damián Díaz Sánchez, de 39 años, natural de esa localidad.

Sahily, una muchacha llena de juventud y de entusiasmo por su carrera —graduada de este año en la Universidad de Ciencias Médicas Carlos J. Finlay— dice que le satisfizo su ubicación, y agregó: “A pesar de estar en un área rural y de difícil acceso todo se mantiene en buenas condiciones. Encontré a un enfermero que me apoya muchísimo, mantenemos una muy buena comunicación y siento que soy útil”.

—¿Cómo fue acogida por la comunidad?

—Muy bien, la aceptación como su doctora es obvia y los pacientes nos apoyan y ayudan en todo lo que pueden. Atiendo a una población de 581 habitantes. Los principales problemas de salud son el insuficiente abasto de agua, deterioro del cuadro higiénico-sanitario por las deficiencias en la recogida de los desechos sólidos y la prevalencia de personas con hipertensión arterial.

Como conoce al dedillo a su población, continuó:

“Dentro del Programa de Atención Materno Infantil (PAMI) contamos con tres embarazadas, una de ellas de alta dificultad obstétrica y once lactantes; uno con riesgo pediátrico por prematuridad, aunque ya cumplió un mes de nacido y hasta ahora todo marcha de manera favorable y es interconsultado con el Pediatra. Aquí no se reporta mortalidad infantil, ni materna.

“Enfoco el trabajo también a educar a las mujeres a realizarse el examen de sus mamas para detectar precozmente cualquier anomalía y todas mantienen al día la prueba citológica. Se indican los complementarios de pesquisas como la sangre oculta en heces fecales a mayores de 50 años para diagnosticar el cáncer de colon; el PSA, para conocer cambios en la próstata, en fin, todo encaminado a la prevención.

“Este consultorio fue reparado en el 2014. Vivo arriba. Soy soltera y no tengo hijos, pero mis familiares me apoyan y llegan hasta aquí a menudo. Pienso especializarme en Medicina General Integral (MGI) al terminar mi servicio social, antes no puedo porque el consultorio se quedaría demasiado tiempo sin médico. Luego haría una segunda especialidad, me gusta la Dermatología.

—Entonces, ¿no serás una eterna médica de familia?

—Quizá lo decida más adelante, es un trabajo bonito, uno conoce bien a las familias y la prevención es mejor que curar. Los cambios de estilos de vida son fundamentales y uno influye en la comunidad para lograrlo.

“Aquí el alcoholismo no es un problema de salud, por ejemplo. El trabajo con los adolescentes sí porque estudian fuera y se nos van de las manos. Cuando inician la secundaria se desprenden de la familia y la comunidad hasta terminar los estudios universitarios. Por lo que vienen en sus fines de semana y de vacaciones”.

—¿Es un problema de salud el embarazo en la adolescencia?

—No, las muchachas se protegen con preservativos, tabletas, o dispositivos intrauterinos (DIU). Hacemos tres controles en el año, ofrecemos el ácido fólico y otro suplemento vitamínico, aunque no deseen el embarazo,  lo hacemos de manera preventiva.

Con el enfermero

Damián tiene 15 años de experiencia laboral. Se graduó en 1998, en el entonces Instituto Superior de Ciencias Médicas (ISCM) Carlos J. Finlay. “Inicié mi vida laboral —dijo— en el hospital municipal de Florida, donde trabajé en cuerpo de guardia y en la sala de cuidados especiales, y allí realicé el diplomado de Terapia Intensiva.

“En el 2007 vine para acá. Confieso que comencé con pocos conocimientos en la Atención Primaria de Salud (APS), y ha sido una experiencia enriquecedora porque me he dado cuenta que al conocer tanto a mi población como a mi propia familia, uno ayuda al médico a identificar sus problemas. He trabajado con seis médicos aquí. Cada vez que llega uno es el recomenzar y uno crea sus propias expectativas, y me pregunto, ¿me dejará ayudarla?, porque todas han sido mujeres.

“El ser de aquí es a veces vulnerable —añadió— me vieron crecer y eso en ocasiones es peligroso a la hora de actuar como profesional, pero al final confían en uno. Me he sentido bien con todas las doctoras y cuento con el apoyo de mi policlínica Norte. Considero que tengo un buen grupo de trabajo, están siempre atentos a qué pasa en la comunidad y si algo nos preocupa o dificulta el trabajo”.

—Cambiar de la atención secundaria de la salud a la primaria, ¿te hizo sentir mal en algún momento?

—Al principio creí que estaba un poco subutilizado en cuanto al proceder de enfermería, sin dudas, el poder resolutivo no es igual; no obstante, la etapa preventiva es muy valorada, sobre todo en nuestro sistema de Salud, por ser la primera puerta a romper en ese proceso salud-enfermedad. Si no haces promoción y educación para la Salud la persona enferma y esto es peor.

Ambos coincidieron en que la idea de Fidel, Líder Histórico de la Revolución, con algunos cambios sobre la marcha de 30 años se mantiene vigente y fortalecida. Es una forma de mantener a nuestra población más saludable, expresaron. Calificaron al Programa de abarcador, con la posibilidad de conocer varias aristas del proceso bio-psico-social de la comunidad. Los atienden desde muchos puntos de vista, intervienen en las escuelas, saben cómo va el aprendizaje de los niños; en los adolescentes cómo apuntan a afrontar la vida; en el adulto, intervienen  si tienen hábitos nocivos y los ayudan a llevar sus años encima de una mejor manera.

El adulto mayor con ciertas limitaciones físicas recibe el apoyo de este binomio de trabajo. Son 33 los ancianos que viven solos y están apoyados por el grupo de ayuda comunitaria.

Florida cuenta con dos policlínicas; una de estas universitaria que es la Concepción Agramonte y la Norte, entre ambas registran 66 consultorios; de estos 23 están en áreas rurales, de los cuales cinco de difícil acceso. Cuarenta y tres son urbanos. De todos 62 tienen su médico y su enfermera (o); cuatro, un licenciado en Enfermería y estos son atendidos por el médico más cercano, por supuesto, con poblaciones de menos de 300 habitantes en sitios rurales.

Los dos entrevistados sienten el Programa fortalecido, con mayor cantidad del recurso humano, con los consultorios cubiertos por médicos y enfermeras (os), máxime si sabemos que en Florida de los 66 consultorios, 60 han sido reparados. Restan seis para el 2015. Todos los de áreas rurales están en buen estado. También han recibido recursos para las viviendas de los médicos con vista a garantizar su permanencia.

Solo del municipio de Florida hay 207 médicos especialistas en MGI en misiones internacionalistas, en más de diez países.

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