Entre los 16 asistentes estuvo el legislador Mitch McConnell, quien está previsto sea el jefe de la nueva mayoría senatorial a partir de enero próximo, así como el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, ambos del partido rojo.

Obama felicitó a los republicanos "por realizar una campaña muy fuerte" y reconoció que los resultados de estos comicios mostraron que los estadounidenses están frustrados por la falta de acción de sus gobernantes y quieren más cooperación entre ambas agrupaciones políticas.

"Todos tenemos que hacer las cosas bien, pero la responsabilidad es mía en particular", añadió el mandatario.

Prometió que en sus dos últimos años en el cargo "juzgará las iniciativas de Gobierno sobre la base de su factibilidad y no porque vengan de los demócratas o los republicanos".

Durante la reunión, el jefe de la Casa Blanca invitó al general Lloyd Austin, jefe del Comando Central del Pentágono, a cargo de las operaciones en el Medio Oriente y zonas aledañas, a que diera una información general a los asistentes sobre la situación de la campaña de la campaña aérea contra el Estado Islámico (EI) en Iraq y Siria.

Como parte de sus planes a corto plazo, el Presidente pretende lograr el apoyo de los republicanos en la aprobación de unos tres mil 200 millones de dólares adicionales y una autorización explícita del Capitolio para el uso de la fuerza contra los yihadistas en el Medio Oriente.

El secretario de prensa de la Casa Blanca, Josh Earnest, dijo la víspera que Obama podría usar sus facultades de veto si los republicanos intentan imponerle su agenda en los próximos dos años, tras recuperar la mayoría en el Senado y consolidar el control de la Cámara de Representantes en los comicios del pasado martes.

Earnest añadió que el gobernante está ansioso por lograr leyes que tengan un fuerte apoyo bipartidista, "pero no vacilará a la hora de vetar alguna legislación en la que demócratas y republicanos no puedan encontrar consenso".

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