Y cuando uno dice "la playa", aunque estén las de Nuevitas, de Florida, La Guanaja o Puerto Piloto, se entiende clarito que está diciendo Santa Lucía. Con sus 19 kilómetros corridos de arenas blancas y finas, el balneario norteño es el preferido de casi todos, sin importar el municipio de procedencia, y allá nos gusta ir, sea una semana, par de días o la versión dramática de ida y vuelta en una sola jornada.

Adelante, otro camagüeyano de raza, padece del mismo mal. Cada año regresa a escudriñar el litoral más popular entre sus lectores y a sacar en claro las alegrías y carencias que tiene el plan veraniego en la zona; sobre todo a pasarle lente y pluma sobre esos problemas arrastrados temporada tras temporada, para ver qué se ha mejorado o resuelto y qué (y por qué) no.

Este 2014 hemos encontrado un balneario más atractivo al del pasado 2013. Como aseguramiento primario al disfrute, constatamos la disponibilidad de transporte para arribar al lugar, que según declaración del especialista de la dirección provincial de esta entidad en nuestro territorio, Raúl Estela Toledo, está asegurada con seis u ocho ómnibus en prestación de servicios a la ciudad de Camagüey cada sábado y domingo, y otros 39 distribuidos para responder a la demanda del resto de los municipios.

El mecanismo de acceso a las reservaciones trae novedades este año: las capacidades se distribuyen por el Poder Popular a través de los Consejos Populares; así que —al menos en teoría— los interesados en "playear" pueden resolver el viajecito de ida y vuelta por precio de 15 pesos en sus propios barrios. Esta decisión obedece a reclamos del pasado periodo estival, cuando las guaguas eran contratadas únicamente a través de gestiones de organismos, y nos parece muy buena, aunque no estaría de más combinar ambas variantes, para que cada quien se acerque a la opción por la vía que más factible le sea.

Al ritmo que dictan las cifras de Transporte, unas dos mil personas estarán llegando cada fin de semana a Santa Lucía (solo por la opción estatal); lo cual impone organización, nivel de suministros gastronómicos y extremo en el cuidado de las condiciones higiénico-sanitarias para asegurar que la fiesta no se nos vaya de las manos.

Por la parte alimentaria, la temporada ha comenzado bastante bien, únicamente menguada por la ausencia de las confituras que tanto demandan los pequeños (galletas dulces y saladas, pellys, caramelos...). Esta es una situación que se repite cada verano, por no figurar Santa Lucía en las prioridades de este tipo de suministros. Aún así, la oferta del cuentapropismo, combinada con el refuerzo de los restaurantes y quioscos de áreas de Residencial y Amigos del Mar, sacia con no pocas variantes el apetito que desencadenan las olas.

Como novedad, este 2014 han surgido también en los espacios estatales las llamadas "completas", que por precios que no sobrepasan los 25 pesos ofertan almuerzos para los visitantes. La iniciativa se ha extendido a lugares como la villa Santa María, que abarata de esta manera los precios de sus bufés. Y para refrescar, junto a los enlatados proliferan los jugos naturales, esos que agradecen el estómago y el bolsillo. También hay venta constante de cerveza en más de siete dispensadores que trabajan 24 horas y varios termos, aunque en estos últimos la calidad de la bebida es asignatura ponchada más que pendiente.

A pesar de que por cuestiones de protección medioambiental al ecosistema fue prohibido a partir de este verano el uso del tradicional tractor con rastrillo para las labores de limpieza de la orilla del mar, Henry García Pérez, jefe de producción de la UEB Emprestur Santa Lucía nos corroboró lo que ya algunos entrevistados nos habían referido y nosotros comprobado directamente: las arenas del balneario se sanean a conciencia cada mañana, ahora de manera manual, para la recogida de la basura que tristemente dejan tras de sí lo bañistas y del sargazo arribado con la marea de la noche, que tanto disgusta a la población. En estas labores están movilizados cerca de diez trabajadores, algunos de los mismos que también limpian las áreas verdes cercanas al litoral (otro de los servicios contratados por Comunales a Emprestur, junto a la recogida diaria de desechos sólidos).

Es precisamente la higiene una de las grandes preocupaciones y ocupaciones del plan vacacional norteño, dada la delicada situación epidemiológica de la provincia. Para resolver, por ejemplo, la añeja carencia de servicios sanitarios cercanos a la playa, las fuerzas locales del Gobierno y de la Empresa Provincial de Recreación y Turismo Santa Lucía instalaron facilidades temporales sobre los antiguos registros de los baños públicos que una vez tuvo el litoral, que deben desaparecer en septiembre. Las "casetas", unas cuatro hasta ahora, se lavan con abundante agua en las mañanas y se cubren con cal, aunque la afluencia tan grande de personal las convierte para mediodía en vertederos.

Este estado de cosas, y la persistente imposibilidad de la gente de poder enjuagarse la sal por falta de duchas, es un mal cíclico que responde en primera instancia a las disposiciones de Planificación Física con respecto a la duna, lugar donde la indicación es cada día demoler y no —por el contrario— construir. Aún así, la UEB local de Acueducto y Alcantarillado no renuncia a la posibilidad de instalar los baños para el enjuague, que solo depende de que aparezca una entidad que se haga responsable del pago del agua y del cuidado de las construcciones.

En materia de sombra, esa preocupación medular de los bañistas, igualmente acontecieron avances. Una treintena de construcciones rústicas para atenuar las radiaciones se alzan hoy en la arena, y otras esperan ser terminadas. Sin embargo, la iniciativa es todavía un paso en el aire, pues en la concreta estos "bajareques" piden a gritos un techo cobijado que impida el paso de los rayos para hacer totalmente efectiva su función, de manera que el dinero no parezca que se ha gastado por gusto.

Y ya por último, la alegría, que no es algo secundario. Para amenizar los días y noches playeros, trabajadores del INDER y de Cultura hacen escala en áreas como la Plaza (el llamado Ranchón), donde abundan los juegos de participación, rifas, shows caninos, demostraciones de judo o kárate y espectáculos músico-danzarios, siempre bajo el cuidado de las fuerzas policiales, encargadas de velar por el orden y la tranquilidad ciudadana. Muy cercana a esta concurrida Plaza, se alza el que será el Club Arena, de Palmares, que por precio de un dólar por pareja ofertará recreación nocturna hasta las 2:00 a.m. Y los sábados se mantiene la tradicional Fiesta Blanca, en las arenas de la parte hotelera.

Así pintan las cosas a inicios de este verano en Santa Lucía. Esperemos que lo bueno se mantenga y lo malo se resuelva o amortigüe progresivamente.

{flike} {plusone} {ttweet}