Tiempos Nuevos, especializada en construcción, surgió en Camagüey como parte de este grupo, y a pesar de su corta edad, ya ha vivido experiencias suficientes para conocer las ventajas y tropiezos de esta forma de gestión. Al respecto Adelante conversó con su presidenta Laismy Tena Ballagas, maestra de profesión devenida líder de este clan.

De sus cimientos

“Mi papá fue el de la idea de fundarla y así nació el 4 de octubre del 2013, con 19 socios y sustentada en su patrimonio particular. Hoy somos 33 y en ocasiones tenemos que contratar fuerza de trabajo por la demanda que tenemos, porque estamos inscritos en el Registro Nacional de la Construcción y podemos prestar servicios en cualquier lugar del país”.

Su primera obra fue la manzana 327, el edificio que está entre el inicio de Independencia y el fin de Cisneros, la más compleja hasta ahora. Llegó a propósito de los festejos por el aniversario 500 de la Villa y su misión era evitar que se viniera abajo.

“El segundo piso estaba en derrumbe, ya se había abierto una pared y cuando subimos todo el piso se estremeció. Estuvimos hasta las 10:00 de la noche pensando una solución, porque las vigas del techo eran grandísimas, entre tantos criterios la decisión final fue tumbarlo con ayuda de una grúa. ¡Ese día fue tenso! Pero no se movió ni un ladrillo, lo dejamos en pie y seguro para que no se cayera”.

Ingenieros civiles, arquitectos, albañiles, plomeros, electricistas, carpinteros, tapiceros, ayudantes de estos, económico y jurídico integran este equipo que tuvo a su cargo, además, los arreglos del área de exportación de la fábrica de tabaco El Surco y hoy se empeña en la obra civil de la planta de oro de la mina de Jobabo, en Las Tunas.

Nuevos tiempos, nueva familia

“Hemos logrado un grupo unido, nos entendemos, somos solidarios, en momentos de enfermedad nos ayudamos. La gente es muy seria, a nadie hay que decirle lo que tiene que hacer porque cada uno sabe que con el trabajo aumenta su patrimonio, por eso las ganas de producir con rapidez y calidad.

“La adquisición mensual es buena, las utilidades se dividen entre los socios con un mayor por ciento para los que están a pie de obra. Tenemos mucho sentido de pertenencia y lo que es de uno se cuida con más celo, por eso todos están al tanto de si quedaron clavos guardarlos porque ¿de quién es ese dinero?”.

Entre muros

Si bien su función es construir, Tiempos Nuevos tiene algunos muros que tumbar, sobre todo aquellos de los clientes incumplidores con los contratos y de las empresas suministradoras de materiales de construcción. Lo más difícil es que aunque tengan la disposición no depende de ellos que el burocratismo, el desabastecimiento y la mala planificación se desplomen, sino de las instituciones estatales, que al parecer, no ponen mucho interés en eso.

Entre los principales tropiezos hasta ahora la presidenta refirió la violación del inversionista de cláusulas del contrato. Por una parte porque es su deber darle seguimiento a la obra, verificar la calidad de los materiales y estar al tanto de todo cuanto sucede para evitar a tiempo cualquier inconformidad, y esto no se comporta así, la generalidad es que se desentienden y luego quieren exigir. Por la otra destacó el incumplimiento de los términos pactados en cuanto a la firma de facturas y el cobro, algo que incide directamente en su economía familiar. Una experiencia así tuvieron con Vivienda, con quien finalmente cerraron el contrato sin terminar la obra.

Otro problema es la imposibilidad de adquirir los materiales más baratos al por mayor, pues su compra en la red minorista encarece el presupuesto y, por supuesto, el precio del servicio.

Respuestas sin soluciones

A tales inquietudes Cadel López Betancourt, comercial de la Empresa Comercializadora Escambray Camagüey, explicó que su entidad tenía asignados a nivel nacional 21 millones de pesos y a la provincia solo destinaron 3 millones para herramientas. “Ellos han comprado algunas, pero por lo demás, no tenemos para cubrir sus necesidades”, afirmó.

Con la Empresa de Materiales de Construcción al parecer es más complicado el trámite. Según refirió Yumilexy Martínez Pérez, asesora jurídica, ellos venden por un plan que les asigna el Ministerio de Economía y Planificación, y este año las cooperativas no estaban incluidas allí. Aquí en el territorio ellos no pueden variar lo establecido, porque son una dependencia nacional del Grupo Empresarial Industrial de la Construcción, y en consecuencia con dicha programación les asignan combustible, materia prima, electricidad, agua; de aumentar su producción tales recursos no les darían a vasto.

Ante la interrogante de cómo hacer para que los incluyan en el plan, Yumilexy comentó que en el caso de las empresas estas tramitan con el ministerio, que decide si los aprueban o no. ¿Cómo lo haría la cooperativa?

Algunas dificultades deben resolverse todavía para una mejor gestión de estas cooperativas de nuevo tipo, pero lo cierto es que no serán por dichos problemas que se detengan. Tiempos Nuevos sigue adelante y su huella deja satisfacciones a socios y clientes.

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