El también líder del conservador Partido Popular (PP), que ganó las elecciones del 20 de diciembre aunque sin conseguir la hegemonía parlamentaria necesaria, reconoció que no ve disposición en el PSOE para propiciar su permanencia en el cargo otros cuatro años.

En declaraciones a la prensa en el Congreso de Diputados, Rajoy confesó que ve al secretario general de los socialistas, Pedro Sánchez, más proclive a constituir un ejecutivo alternativo al PP con partidos como Podemos (centroizquierda).

No obstante insistió en su propuesta de alcanzar un gran pacto entre el PP, el PSOE y Ciudadanos (centroderecha), el cual contaría con 253 diputados en la Cámara baja, muy por encima de los 176 escaños fijados como mayoría absoluta.

Según su criterio, una alianza de esas tres fuerzas agrupaciones transmitiría fuera y dentro de España un mensaje de tranquilidad, estabilidad, seguridad y certidumbre.

Opinó que existen sólo tres opciones para salir de la actual incertidumbre política: su pacto a tres bandas, una coalición de "extrema izquierda" que incluya a independentistas y partidarios del derecho de autodeterminación o una segunda vuelta electoral.

La vicepresidenta del Gobierno saliente, Soraya Sáenz, acusó al líder de los socialistas de optar por una agenda radical después que la víspera se pronunció por crear una coalición progresista si Rajoy fracasa en su investidura.

Sánchez tendrá que explicar por qué elige esos socios en lugar de una agenda moderada con nosotros que garantice la unidad de España, advirtió Sáenz en rueda de prensa.

Aludió a una hipotética alianza del PSOE con Podemos, partido emergente favorable a la celebración de un referendo de autodeterminación en Cataluña, comunidad autónoma que busca independizarse de este país.

Tras quedarse sin supremacía parlamentaria, el PP, que obtuvo 123 escaños en los comicios, recurrió a una virulenta campaña de desprestigio contra sus adversarios, en particular hacia Podemos, al cual acusa de posiciones radicales, populistas y de extrema izquierda.

Ante el peligro de perder el poder, la derecha se presenta como la única capaz de garantizar la estabilidad económica y política, así como la unidad territorial de España frente a las pretensiones secesionistas de Cataluña.

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